La ocupación de los campings de la comarca ha alcanzado en la primera quincena del mes de julio mínimos históricos. Dos son los factores esenciales que los empresarios del sector campista han subrayado como causa de este descenso. El primero de ellos es el relativo a la escasez económica en la mayoría de los bolsillos, aspecto que se une a las malas condiciones meteorológicas que han acompañado la entrada en la temporada alta vacacional.
La práctica totalidad de los recintos legales de acampada están por debajo del cincuenta por ciento de su ocupación, pese a haberse registrado un ligero repunte en la demanda de parcelas a lo largo del reciente fin de semana. Alejandro Buezas, del camping de O Terrón, deja claro que "si no llega a ser por la clientela fija de todos los años, la verdad es que estaríamos bajo mínimos. La inestabilidad económica hace que la gente tienda a ahorrar lo máximo posible y eso afecta directamente a las vacaciones".
En A Illa de Arousa el camping Salinas no escapa a la tendencia generalizada. María Luisa Diz atribuye gran parte de la situación al tiempo, "nuestro sector depende del tiempo prácticamente al cien por cien. Hasta ahora no hemos tenido verano y lo hemos acusado demasiado. Hasta ahora apenas hemos podido trabajar", lamenta.
Con una clientela habitual llegada en su mayoría de la zona de Vigo, el camping Salinas apuesta por una mayor demanda de ocupación en los próximos días, aunque María Luisa Diz matiza que "eso no quiere decir que vayamos a facturar lo mismo del año pasado. Nuestra política ha sido mantener los precios, pero este año subirán todos los gastos derivados de los servicios que damos".
Otro de los núcleos activos del campismo es O Grove. Allí se concentra el mayor número de turistas nacionales que optan por esta modalidad, pero las consecuencias tampoco pasan de soslayo. Arturo Novás, gerente del camping Sol y Mar, señaló que "estamos muy por debajo de los números del año pasado", situando el sector más afectado en esta caída el "de las familias. Cada vez tenemos menos y trabajamos con la esperanza de poder mejorar en lo que queda hasta finales de agosto".
Tamara Núñez Castro, empleada del camping O Curro en San Vicente de O Grove, asume la realidad con crudeza: "Respecto al año pasado nos estamos moviendo en unos números muy bajos. Cuesta muchísimo tener gente y la bajada está siendo prácticamente irreparable".
La referencia de los aficionados a la acampada en Vilagarcía hay que encontrarla en Bamio. El complejo Río-Ulla, que cuenta con José Luis Bóveda como gerente, tampoco se salva de la quema. Hace unos años decidieron invertir en un área de autocaravanas que no le está produciendo el beneficio esperado, "por 10 euros la noche, disponen de todo para poder acampar y aún así tengo la ocupación bajo mínimos. El descenso en el gasto de todos se nota hasta en los más mínimos detalles. Cada vez se consume menos en los bares supermercados del recinto y lo peor es que el panorama no invita al optimismo".
El bungalow ha ganado terreno a tienda y caravana
El turismo de familias ha encontrado una fórmula cómoda y económica en los últimos años. La aparición del bungalow se ha convertido en una alternativa que cotiza al alza. Sin ir más lejos, esta posibilidad vacacional es la más demandada en todos y cada uno de los campings de la comarca de O Salnés.
Arturo Novas, gerente de Sol y Mar, considera que "ya no se puede vivir solo de lo que generen la tienda y la caravana. No es rentable". En este sentido, la ley que limita la implantación de bungalows en cada recinto en beneficio de las parcelas para tiendas y autocaravanas juega en contra de la tendencia establecida. "Las normas respecto al turismo tienen que dar un cambio radical. Las administraciones deben ayudar a cuidar y a fomentar las vacaciones de la gente en vez de poner limitaciones".
Esta cuestión lleva a algunos recintos a contar desde el mes de junio con los bungalows a pleno rendimiento. No así en lo que se refiere a las otras alternativas que se plantean, pese a ser en muchas casos incluso más barata.
Por otra parte, Tamara Buezas entiende que una buena parte del turismo de hotel está pasando a la alternativa del bungalow. "Tienen capacidad para cuatro y seis personas con prácticamente los mismos servicios que una casa. Acomodarse a él no supone ningún tipo de problema y a nivel económico es una alternativa más que asequible. El aumento de la demanda creo que está justificado", dice.
La mayor protección ante las diversas condiciones meteorológicas es otra de las cuestiones que juega a su favor. En este sentido, no son pocas las familias que también están optando por esta alternativa de descanso en fechas invernales. Esta cuestión está invitando a muchos campings a abrir durante todo el año para rentabilizar la inversión.